Publicado en agosto 31, 2020 - Por: Luis Torres
Durante los últimos meses es común encontrarnos con noticias sobre los "factureros", debido a la campaña que encabeza la autoridad fiscal de México. El simple hecho de "googlear" la palabra nos lleva a términos como vendedores de facturas falsas, sanciones, multas, cárcel, fraude: pero en realidad todos nos preguntamos de que se trata, quienes son ellos y peor aún, el riesgo que existe que nos confundan con uno de ellos, como lo sabremos en la entrevista que realizamos para este artículo.
Comencemos por explicar que técnicamente un "facturero" se denomina fiscalmente EFO, lo cual es el acrónimo de empresas que facturan operaciones simuladas. Esto no es nuevo, cuando las facturas eran de papel era de conocimiento popular que personas acudían ilegalmente a ciertas plazas y compraban facturas, a los "factureros de papel", esto para recibir un pago, al no estar dados de alta o para deducir gastos falsos (por cierto quienes realizan estas prácticas el SAT los denomina como EFOS y son empresas que deducen operaciones simuladas). Comprendiendo estos tecnicismos fiscales, vayamos ahora a la historia de un contribuyente a quien entrevistamos recientemente por ser confundido como un EFO, ya quien por su seguridad no revelaremos su nombre y le llamaremos anónimamente Victoria Cuadra, ya que al final fue una gran victoria cuadrar la información para "desvirtuar" su condición de presunto EFO o facturero.
¿Qué situación hizo parecer a Victoria Cuadra como un "Facturero"?
Victoria Cuadra tiene una comercializadora en la central de abastos, un negocio constituido formalmente desde hace más de 20 años. Cumple con sus obligaciones fiscales como marca la ley, apoyada de su contador externo. Un día Victoria recibió una notificación en su buzón tributario, donde debía hacer algunas aclaraciones. Obviamente llena de nerviosismo, tocó base con su contador y después de revisar lo que estaba sucediendo, este le explicó que su empresa estaba boletinada como Presunto EFO en las "listas negras del SAT", técnicamente en la Lista 69B.
Su contador le pidió tomar el asunto con calma, ya que la autoridad fiscal tiene robots con inteligencia artificial que detectan diferencias o incongruencias, el tema es aclararlas o materializarlas y lo primero que había que entender es que existen diferentes estatus de EFO, que a continuación describo:
1. Presunto: un sospechoso a quien pide la autoridad demostrar en un tiempo específico que no lo es
2. Desvirtuado: el presunto presentó pruebas, el SAT las aceptó y se desvirtuó lo que la autoridad dijo, en pocas palabras es inocente.
3. Definitivo: el contribuyente no pudo demostrar su inocencia, por lo que el SAT confirma que si es EFO.
4. Con sentencia favorable: contribuyentes que mediante un medio de defensa fiscal respecto al procedimiento del artículo 69-B del CFF, lograron comprobar su inocencia.
A Victoria no le daba calma saber todo esto, ya que lo que mas deseaba era ser borrada de esa lista, y el hecho de seguir apareciendo ahí como EFO presunto y después de la aclaración como EFO desvirtuado no le hacia gracia.
Para no hacer larga la historia, ¿qué fue lo que debió aclarar el contador o que fue lo que hizo que los robots del SAT pensaran que Victoria facturó operaciones simuladas? Resulta que Victoria tenía un conocido, que le pidió de favor elaborar una factura para poder cobrar sus servicios. Victoria sin dudarlo lo apoyó, pero no tomó en cuenta que la clave producto-servicio que utilizó (diseño publicitario) no era común en su operación normal de compra-venta de alimentos. El robot del SAT detecta una facturación anormal de lo que normalmente timbra y por esta razón "pareciera que factura operaciones simuladas".
Lo que se había convertido en un favor para un buen amigo, metió a Victoria en toda esta historia, de la que finalmente salió victoriosa con la ayuda de su contador, quien además aprovechó para hacer un ejercicio de conciliación fiscal automática y encontró de forma oportuna (antes que el robot) y en minutos, diferencias en facturas canceladas, pagos, montos y tipos de cambio.
Finalmente Victoria nos aconsejó un par de cosas, la primera es no hagas cosas buenas que parezcan malas, la segunda es asegurarte que tu contador te haga cada mes un checkup fiscal y si es con esa maravillosa herramienta que lo hace automáticamente y en minutos mucho mejor.
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